domingo, 11 de diciembre de 2011

Influencia del mito de Ulises en la literatura

DESPUÉS DE HOMERO
En el Áyax de Sófocles, se narra cómo, a la muerte de Aquiles, Odiseo hereda sus armas. En la disputa por tan preciado trofeo prevalece por sobre Ayax Telamonio, principal guerrero de los griegos mientras Aquiles estuvo fuera de la batalla. Esto no sólo simboliza la importancia del personaje, sino el cambio del paradigma de héroe y, por lo tanto, de los valores. El héroe principal ya no es el guerrero más valiente y esforzado, quien más se destaca en la batalla, sino el más inteligente, quien es capaz de obtener mayores resultados con menores sacrificios.
En La Divina Comedia Odiseo y Diomedes comparten castigo en el octavo saco donde son castigados por haber profesado astutos y fraudulentos consejos sin reparar en consecuencias. Y, sobre todo, porque no permaneció en Ítaca sino que se hizo de nuevo a la mar, franqueando incluso las columnas de Hércules, hasta que una inmensa ola los hunde. Es una prueba más del poco aprecio de la Edad Media por Ulises. Sólo en el Renacimiento se conocerá la Odisea en el texto original griego y comenzará un redescubrimiento de Ulises. Una muestra de ello se encuentra en el hecho de que en Os Lusíadas de Luís de Camões se atribuye a Ulises la fundación de Lisboa.
Ulises reaparece en pinturas  y dramas  del  Renacimiento y del Barroco, bien como un hábil  político, bien como un símbolo del hombre prudente, asaltado por las  tentaciones, pero  capaz de  lograr el regreso salvador. Como ejemplo de esas dos imágenes, respectivamente, Troilo y Crésida de Shakespeare y las obras de Calderón: El mayor encanto  amor y Los encantos de la culpa. Las dos piezas calderonianas se centran sobre cómo Ulises escapa de los voluptuosos hechizos de Circe. En el romanticismo resurge la silueta de Ulises corno el Viajero inquieto,  explorador del más allá, sombra dantesca más que homérica en el poema de Tennyson,  Ulysses  (1833). 


A PARTIR DEL SIGLO XX
• El griego Constantino Cavafis escribe un importante poema, Ítaca, en que —dirigiéndose al lector— explica que no espere nada de Ítaca a su vuelta: el propio viaje será lo más interesante.
También, En la Odisea de Katsantsakis (1938), el escritor cretense nos da una nueva visión de Ulises como el héroe de un peregrinaje arduo y múltiple, en pos de una nueva existencia, con ansias de crear una nueva sociedad más justa. Seferis, otro griego, escribe un poema titulado Sobre un verso antiguo (1931) que evoca a Ulises como el gran compañero del viajero griego, camarada marino de gran corazón, que surge en los momentos arduos de la existencia para dar ánimos al poeta.



• James Joyce dio el nombre latino de Odiseo a su Ulises, donde relata el paso por Dublín de su personaje principal, Leopold Bloom y de Stephen Dedalus —ambos, álter egos del autor: Leopold (Joyce viejo) y Stephen (joven)—, durante un día cualquiera, el 16 de junio de 1904. El título alude al héroe de la Odisea de Homero. Existe todo un sistema de paralelismo (lingüísticos, retóricos y simbólicos) entre las dos obras (por ejemplo, la correlación entre Bloom y Odiseo, así como la que existe entre Stephen Dedalus y Telémaco).







• El italiano Giovanni Pascoli incluye en una de sus obras un largo poema titulado L'ultimo viaggio, en que se ve a Ulises volviendo a hacerse a la mar hasta morir.








• La novela de 1961 Tiempo de silencio de Luis Martín-Santos retoma las peripecias de un Odiseo moderno contadas en un estilo narrativo muy inspirado en el Ulises de James Joyce.

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